Cuando empecé a trabajar como freelance, no me planteaba si quería trabajar o no con un cliente, simplemente lo hacía. ¿Cómo iba a decir que «NO» a un cliente? ¿ y si luego no tenía con quien trabajar?
Con el tiempo, me he dado cuenta que es más fácil vender cuando te especializas porque tu discurso es mucho más sencillo, más claro y va dirigido. Da igual el sector al que te dediques, pero si te especializas en un nicho de mercado determinado, vender tus servicios será más fácil; podrás posicionarte e incluso cargar unas mayores tarifas (ya que serás un especialista y referente en el mercado).
A continuación, llega la gran pregunta: ¿Cómo me especializo? Pues existen 3 caminos por los que puedes especializarte:
Te especializas en un grupo de personas determinado. Los conoces a la perfección realizando una completa radiografía de cómo son, cuáles son sus intereses, en qué sitio compran, qué leen, qué hacen en su tiempo de ocio, cuáles son sus problemas, sus necesidades… y les ofreces lo que necesitan.
Por ejemplo, si eres coach o terapeuta puedes especializarte en madres primerizas, adolescentes acosados de bullying…
Te recomiendo que realices un Avatar de tu cliente. Ponle nombre, constrúyele una vida que se identifique con la de tu público y de este modo cuando hables de él a tu público objetivo, éste se verá identificado y atrapado en la historia.
Te haces especialista en los problemas que resuelves (o los deseos que logras que consigan tus clientes). Focalizándote en el problema, lo tratas como algo natural y haces más sencillo que las personas que te necesitan HABLEN de ello contigo.
Haciéndote especialista en la resolución de un problema X:
Especializándote en el CÓMO haces lo que haces. Hay personas que buscan gente que hagan determinadas cosas de un modo determinado. Especialízate como experto en tu modo de hacer las cosas:
Cómo te especializas tú en tu negocio?
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